La Iglesia católica latinoamericana, con la coordinación del Vaticano, lanzó este lunes un plan de ayuda para los emigrantes de Venezuela, un programa piloto para acoger, proteger e integrar a los miles de venezolanos que han tenido que salir del país por la crisis.
El plan, que lleva el nombre "Puentes de Solidaridad", fue ilustrado este lunes en el Vaticano por los encargados de la sección migrantes del Dicasterio (ministerio) para la Promoción del Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede.
A pedido del papa Francisco, ocho conferencias episcopales de América del Sur, entre ellas Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia, Paraguay y Argentina, "decidieron unir fuerzas para dar una respuesta conjunta a los desafíos puestos por los flujos masivos de venezolanos, quienes han migrado a otro país sudamericano en estos últimos años", explicó en un comunicado el Vaticano.
La iglesia latinoamericana quiere aportar ayuda concreta a través de "una acción coordinada" a los venezolanos más vulnerables que han tenido que huir, así como a las comunidades locales que los reciben, precisa la nota.
"La idea nació espontáneamente en las conferencias episcopales latinoamericanas, es un proyecto compartido, que no cuenta con los fondos de Naciones Unidas pero que quiere atender una emergencia específica. Es algo nuevo y que durará dos años por ahora", explicó a la AFP el padre venezolano Arturo Sosa, superior general de los jesuitas.
Los llamados "agentes pastorales", formados especialmente, se ocuparán de todas las fases, desde su salida a su llegada a otros países y también de su eventual regreso a Venezuela, según el programa que cuenta con un fondo de 400.000 euros.
"Es un programa distinto a los de las Naciones Unidas allí. La lógica de la Iglesia es otra, es la lógica fraterna. De recoger al hermano que está necesitado. Hemos sido emigrantes y la iglesia nace de la emigración", reconoció Sosa.
El plan incluye la creación de centros de servicios y albergues para migrantes vulnerables, asistencia en temas de vivienda, búsqueda de trabajo e inclusión social y facilitación de acceso a servicios de educación y salud además de campañas de sensibilización.
Se estima que un 5% de la población venezolana ha abandonado su país en los últimos dos años debido a la aguda crisis económica, política y social en la que se encuentra la nación gobernada por Nicolás Maduro, heredero político del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013).
Entre los países más afectados figura Colombia, cuyo gobierno calcula que cerca de 1 millón de venezolanos han cruzado la frontera, de los cuales 660.000 se han quedado en el país vecino.